Video sobre el tema

Hace unos minutos, gracias a un amigo que me envió el enlace, tuve la ocasión de ver un video que circula en las redes sobre el momento en que la población se enfrenta a las autoridades durante la detención de Alejandro Luis Wilson Corona, de 34 años, portador de VIH que todo parece indicar violó a una menor de 8 años el sábado 8 de febrero, por lo que la niña fue ingresada en el Hospital Infantil Sur.

Un grupo de estas personas lo habrían identificado, e intentaban aplicar la justicia por su mano, en lo que se conoce como un linchamiento. Y ciertamente es difícil no compartir la justa ira de esos vecinos ante un acto tan deleznable, tan bajo como la violación de una menor. Sólo pensar en ese hecho hace hervir la sangre.

Con razón las autoridades cubanas aplican política de tolerancia cero contra este tipo de delitos. Pero en ninguna sociedad civilizada las personas pueden ejercer la justicia por su mano, ante el impulso de la ira por justificada que sea. Para eso están las autoridades y los órganos judiciales.

¿Qué sucedería si cualquiera, ante las molestias que le causa la música alta decide que es de justicia entrar en la casa del vecino ruidoso y romper los equipos de audio? ¿O si le roban y decide buscar y matar a quien tomó su propiedad? ¿Y cómo responderían los agredidos? Sería una espiral de violencia que nunca terminaría.

Y si validamos esas conductas, siempre saldrían afectados otros que sin cometer delitos, y en algunos casos tratando de hacer cumplir la ley, reciben daños y agresiones, como los oficiales lesionados por las piedras lanzadas ya no contra el agresor, sino contra los policías por tres o cuatro, aprovechando el desorden y el anonimato de la multitud y actuando, tal vez sin proponérselo, como provocadores que sólo lograron incrementar la violencia del momento.

Y esos oficiales lesionados también son hijos, hermanos y esposos de alguien, que sufren por los daños que recibieron cuando trabajaban para proteger la tranquilidad ciudadana aplicando lo que dictan la justicia y las leyes.

Por la gravedad del delito cometido, el detenido Alejandro Luis Wilson Corona seguramente recibirá la medida cautelar de prisión provisional mientras se desarrollan las investigaciones, y en su momento, si procede, será recluido en un centro penitenciario de alta seguridad, ajustado también a su condición de portador de VIH.

Y cumplirá la sanción que prevén las leyes en estos casos, una vez se demuestre su culpabilidad, porque ante la ley es inocente hasta que un juicio, con todas las garantías procesales demuestren lo contrario.

Porque aunque no nos guste, hay que respetar esas mismas garantías y esos mismos derechos que todos querríamos que se garantizaran cando nosotros o alguno de nuestros allegados tuviera que enfrentar el peso de la ley como consecuencia de nuestros propios actos.

Como alguien comentó en el perfil de Facebook de Yoenny La Rosa que publicó los videos, nadie es Dios para ajusticiar a otro, para eso están las leyes. Tomar la justicia por propia mano es muy malo para la vida civilizada en cualquier sociedad.

Y hay que enaltecer el valor de esos policías que en los primeros momentos tratan de restablecer el orden, y  aunque recibieron heridas de los agresores no respondieron a la violencia con violencia.

Y aprovecharse del dolor y la ira de los vecinos y familiares de la niña agredida contra el violador, para tratar de presentar la respuesta social inadecuada al acto de un delincuente como una manifestación política de repulsa a las autoridades, eso es aún peor.